Si la Navidad fuera una señora,
durante todo este mes no habrían dejado de pitarle los oídos.
Personas de todo el mundo han dicho con
una media sonrisa y cierto deje de superioridad que no odian estas
fechas. Como la niña de cuatro años que le dice a su hermana de
dos, que ya no juega “con cosas de bebé”.
Porque odian el consumismo y la
falsedad. Odian echar de menos a esas personas que ya no están.
Pero no odian el color rojo y verde. Ni
la nieve. Ni los abetos decorados. Ni los turrones.
Odian a las personas y la sociedad en
general, no a la Navidad.
Siempre he sido una persona con mucho
entusiasmo, capaz de ilusionarme con cualquier tontería. Decorar
toda mi casa con espumillón y acabar hasta las cejas de purpurina
parecía el inicio de algo mágico. Una época en la que todo era
posible. Días que eran bonitos simplemente por ser diferentes al
resto. Horas en las que escapar de la gris rutina e insuflar vida a
esos pequeños retazos de fantasía infantil que aun quedan
enterrados en nuestro subsconciente.
Tenemos que aguantar comidas y
reuniones que quizás no nos apetecen, pero es una época en la que
nos obligamos a ser un poquito mejores, y estoy seguro que, todos y
cada uno de nosotros, encuentra un instante en estos días en los que
rescata una magia que creía olvidada.
Sí, incluso tú que estás de vuelta
de todo y arrugas la nariz como si las palabras ilusión y
sensibilidad apestaran. No te creas que soy una fiel defensora de
estas fiestas. He mantenido mi entusiasmo infantil durante muchos, y
aunque aún quedan jirones colgando de un póster de un concierto
pasado en una pared, ya no es lo mismo.
Pero yo no odio la Navidad. No tengo
nada en contra de Papá Noel, ni contra los turrones, ni contra los
regalos que me hacen. Ni contra los villancicos. Bueno, puede que
contra eso sí...
Lo que quiero decir es que si la
Navidad ya no me emociona no es por lo que implican estas fechas en
sí.
La Navidad es esa prueba a la inocencia
a la que enfrentarse año tras año. Es como el mayordomo de Mr
Proper pasándonos un algodón en busca de nuestro entusiasmo. Y hay
personas y situaciones que nos roban ese entusiasmo, que nos dejan
secos. La buena noticia es que es reversible.
El cómo aún no lo he descubierto,
pero os prometo que lo es.
Mientras encuentro la forma, dejad de
decir que odiáis la Navidad, lo que odiáis son las personas.
Hola Chari!!
ResponderEliminarMe gusta la Navidad, porqué es un año más para celebrar, un año más para agradecer a la vida! Así que sí, me encanta y estoy orgullosa de cada año poder desearles feliz Navidad a aquellos que quiero, de tener salud, de disfrutar cada minuto que respiro y de conocer a bloggers tan amorosas como tú. Te deseo un magnífico 2016 y mucho, mucho amor!!
Un besote!!!
Oooh, muchas gracias!! Como siempre tus respuestas me sacan una sonrisa.
EliminarQuizás este año no ha sido el que mejor he acabado, pero lo importante es no perder nunca la esperanza y seguir luchando.
¡¡Feliz año y besotes!!
Yo no soy muy navideña.
ResponderEliminarFeliz año!
¡¡Feliz año, Anita!!
EliminarEl problema de todo es el exceso, pasa igual cuando hay un libro o una película de moda que hay a quien le sobrecarga y le empieza a disgustar e incluso en algunos casos inmaduramente empiezan a odiarlo.
ResponderEliminarDe todos formas no creo que haya gente en si que odie la navidad simplemente no le gusta porque no lo considera algo que se tenga que hacer solo una vez al año o porque lo ve consumista o por muchas otras razones. Por ejemplo, yo soy entusiasta de la navidad pero no me gusta nada los carnavales, y eso siendo canaria es como decir que no crees en dios en la época de inquisición. Te preguntan con una mezcla sorpresa y asco "¿como es posible que no te guste carnavales?", y yo me pregunto "¿por que tiene que gustarme? ¿es que me hace ser peor persona no gustarme una celebración?" pues no. La gente en su completa ignorancia piensa que que no te guste algo quiere decir que lo odias y quieres que desaparezca, o incluso te catalogan por ello: si no te gusta Navidad eres egoísta y antisocial, si no te gusta Carnavales eres aburrido y si no te gusta Semana Santa un radical antirreligioso. No, no y no simplemente no te gusta y punto. Para mi el problema de todas las fiestas es que son parte de una cultura y la sociedad parece que te dice que debes celebrarlas si o si, y no es verdad. Hay quien las celebran y quienes no, y todos debemos ser respetados. Al final, todo es como dices culpa de las personas y no de la festividad.
Saludos, buena entrada y Feliz Espíritu Navideño
Me ha gustado mucho tu comentario a mi entrada. Por mi parte he de decir que pertenezco a la Comunidad Valenciana y no me gustan las fallas, así que entiendo eso que dices de no creer en dios en la inquisición.
EliminarPor supuesto que no quieras celebrar una fiesta no te hace peor persona, el tema es que, en estos días, me he cansado de escuchar a esa gente que va de intelectual diciendo que odia la Navidad porque bla, bla, bla. Para mí son unos mataespíritus y roba ilusiones. Cada uno es libre de celebrar lo que quiera, pero me molestan mucho esas personas quita-entusiasmo que parece que quieran convertir el mundo en un lugar cínico y sin ilusion.
Un placer debatir contigo.
Feliz año!!
En mi caso es una mezcla rara, está claro que como persona adulta no me gusta todo lo que el consumismo conlleva porque tengo que gastar un montón de dinero en regalos que a la mejor ni gustarán ni serán usados, y tienes que parar tu vida para hacer mil cosas y estar fuera de casa muchos días.
ResponderEliminarPor otra parte, yo no creo en nada cristiano, así que me fastidia un poco toda la temática cristiana. Así que yo me quedo con todo lo anterior a la época cristiana, con todo lo que procede de las antiguas religiones paganas, papá noel, árbol de navidad, renos, elfos, etc, que hoy en día es símbolo tanto de la navidad pagana como de la navidad atea.
Así que para la mí la navidad es una época compleja.
Me sentía algo hipócrita por declararme atea y festejar tanto la navidad. Después investigué el origen de los símbolos navideños y, la gran mayoría proceden de ritos y simbolismos que nada tienen que ver con la religión cristiana, pero que aún así ésta incluyó en sus fiestas .
EliminarAsí que después de saber esto, podemos vivir la navidad al 100% sin sentirnos hipócritas jajaja.
El tema de regalos y comidas obligatorias es otro cantar, pues no todos tenemos las mismas obligaciones. Hay gente que tiene que regalarle hasta a la prima de la cuñada de no se quién y debe asistir a muuuchas celebraciones por lo que la navidad le parece un coñazo.
Como todo en la vida, la Navidad tiene sus puntos negativos y positivos.